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Recorridos de Pasto Colombia a Ecuador



Llego el día 5 de estar En Bici Ando la Vida.
Lunes festivo que no esperaba, 9 de enero de 2017 pero sirvió, pues en verdad había estado cansado. 

Los dos últimos meses, previos a mi travesía, poco había montado bici, aunque estaba bien de salud, poco o nada de licor y trasnocho, había huido a las fiestas asados y demás cosas normales que se suponen lo hacen feliz a uno en familia, en sociedad. Si, estaba cansado, agotado pero, muy feliz. 


Este lunes festivo me encuentro un poco con juan Manuel, un viejo amigo que solo dijo le nombrara una vez, quería seguir en anonimato, como todos los súper héroes que ayudan a viajeros. Y si descansar, solo descansar.

En medio de ese descanso fui a un café internet a subir fotos a la web, pero, un virus moderno me borro las fotos, ahh que carajos, seguir tocaba sin lamentarse.


Para el día 6, martes 10 de enero de 2017, recargados y sin fotos de lo acontecido, siguió el sueño.

En Bici Ando la Vida. A Pedalazos limpio. Aquí  recorrí 84 kilómetros que me llevarán de la ciudad de Pasto hasta Ipiales, los dos últimos municipios de Colombia. 

De nuevo mucha cuesta, casi 18 kilómetros desde la salida  hasta done termina la primera cuesta,  algo de frío, y en un lento andar logrando avanzar en medio de la nada. A  veces se siente uno un cero a la izquierda, o simplemente he logrado alcanzar un nivel energético que no te permite interferir con el ruidoso mundo a nuestro alrededor. 

Al final bajo la lluvia llegar a Ipiales, y buscar por mi propia cuenta donde descansar, esta vez no tuve el privilegio de contar con la ayuda de nadie. Llegue, descanse, algo de comida, relax total.

Y algo de redes sociales antes de salir de Colombia y adentrarme en un país hermano, aunque un poco conocido, si en este viaje, un poco de incertidumbre por lo que debería esperar o no esperar.



Día 7 En Bici Ando la vida, cruzando fronteras 

Con mucha tranquilidad, serenidad, esperando que todo fuera simple al pasar la frontera, y dar inicio a un nuevo recorrido, aunque al final fuese lo mismo, pedalazos, sol, lluvia, calor, frío, gente y muchos kilómetros por recorrer. Llegar en bici de Ipiales al puente de Rumichaca es más fácil y rápido que en carro.

Mucha gente haciendo fila en  carros, camiones cargados de naranjas, frutas y electrodomésticos, tratando de llevar cosas de Colombia a Ecuador. Y mucha gente haciendo fila para regresar de Ecuador hacia Colombia, llegue a eso de las 11;00 am, y salgo a las 2;00pm tres horas de fila aburrida, y bajo la lluvia, aunque no nos mojamos, en dicha actividad, al pasar a migración ecuador, hacemos fila de nuevo, pero, tan solo esperamos 10 minutos, Salí como mi tarjeta andina y ya en el otro lado, en el lado deseado, inicio mi camino muy suavemente hacia Tulcán.

Tulcan, primer centro poblado de Ecuador. Son como  unos 7 kilómetros de una leve subida que se vuelve muy lenta pues cae algo de lluvia y no puedo apurar el paso pues me puedo salpicar.



Ya en Tulcán procedo a seguir las indicaciones de mi amiga Eliana Champutiz para llegar a casa de sus padres. 

Atravieso el centro, sigo hacia la terminal de transporte terrestre y llego al boulevard universitario. 

Don Julio, padre de Eliana me dice aquí no le puedo recibir, se me acabo la cara de felicidad  por haber llegado ya al nuevo territorio en bici. 

Él sonríe y con un tono muy serio dice, “Mi nieta estuvo, aquí, y se acaban de ir y dejaron la casa en muy mal estado, y yo no voy a ponerme a limpiarla, camine, vamos, almorcemos que yo tampoco he almorzado, y de una vez lo dejo en un hotel vecino que le separe una habitación, por que  como va quedarse aquí así, en este desorden, vamos, cierra la tienda, sale a la calle, camina a mi lado mientras yo trato de  seguirle el paso empujando mi pesada amiga, que me trajo hasta aquí.

Paramos en un hotel, llevo la bici al parqueadero, don Julio ayuda a llevar las maletas de la bici a la habitación, y rápidamente salimos a la calle, y en su pequeño carruaje instalado frente a la tienda vamos al centro de la ciudad, cambiamos pesos por dólares y vamos a café Tulcán, donde saboreamos un delicioso bolopan (pan relleno de pescado), compartimos una sabrosa charla sobre la vida y la muerte, una carrera bajo la intensa lluvia, en camisa, sin chompa, "porque nosotros los jóvenes", no necesitamos eso.... y más. 

Tulcán, ya es Ecuador, aunque toco mamarse tres eternas horas de fila absurda en migración Colombia. Pero, que don Julio con su atención me hizo olvidar de ese detallito, gracias vida. Un merecido descanso y la “merienda” en la noche, ya se acaban las comidas. Concluimos este bonito día.

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