Después de muchos intentos
al fin logre salir, y me hice mis primeros 49 kilómetros desde casa de
mi “apa”, hasta Popayán. Bueno di muchas vueltas, haciendo ajustes de último
momento.
San José, a Piendamó, acomodando alforja, y con mucha ilusión,
en medio de tremendo aguacero, que a su vez sirvió para probar, la impermeabilidad
de todo el equipaje.
Piendamó, mi pueblo natal, a revisar alforjas, a colocar
parrilla (aquí, agradecimiento a la
gente de la bicicletería 2.000 a Nelson, Jymy, Alirio y demás) en la parte
delantera, pues no basto la as alforjas en la parte de atrás. También en
FERREMAESTROS con Joel, acomodar tabla para la parrilla trasera, cambio de tenedor y salir nuevamente al
camino ya sin lluvia, a mediodía, hasta llegar a Popayán, donde ya estaba tarde
para continuar el pedaleo, además tocaba esperar un billetico para los dulces del camino,
buscar la carpa de camping, que no le conseguí finalmente por que la ciudad
blanca estaba más banca que nunca, porque se festejaban los carnavales de
negros y blancos.
Terminar el día donde William y Damaris, par amigos que me
recibieron y ayudaron a resolver estos últimos detalles técnicos de viaje.
Día 2. Alejándome de mí
mismo. Enero 6 de 2017
5:15 am de pie, baño y seguidamente desayuno, adiós a Willy y
Damaris y arranco mi pedaleada al sur…
La temperatura osciló entre 25 y 36 grados, consumí
cerca de 4 litros de agua, y consumí panela, mangos, y sandia, todos
obsequiados por la gente que anima todo el tiempo en la carretera. En el camino
me alcanzo en bicicleta rutera, Giovanni González, ciclista que venía de Bello
Antioquía, y hace parte del grupo de Facebook, Ciclistas del mundo, un poco de
charla, vimos sacar un bus de una alcantarilla, y eso fue casi todo.
Día 3. Agónica subida
a 40 grados de temperatura. Enero 7 de 2017
sumí 6 litros de agua, uno de ellos mezclado con suero hidratante, obsequiado por un carro ambulancia en la vía.
Muchos
mangos, panela, y envueltos de maíz y queso obsequiados por la señora do
nde pasé la noche anterior. Recorrí en total 78 kilómetros, llegando hasta la entrada a chachagui, zona donde esta ubicado el aeropuerto de Pasto. Allí me ubique en la primera estación de gasolina que encontré, un policía me regalo, lo del almuerzo en el camino en Payona, y en la estación de servicio me dijeron, compre en el restaurante una sopita y le damos la habitación para que duerma tranquilamente y no tenga necesidad de sufrir acá afuera… claro, que acepte.
nde pasé la noche anterior. Recorrí en total 78 kilómetros, llegando hasta la entrada a chachagui, zona donde esta ubicado el aeropuerto de Pasto. Allí me ubique en la primera estación de gasolina que encontré, un policía me regalo, lo del almuerzo en el camino en Payona, y en la estación de servicio me dijeron, compre en el restaurante una sopita y le damos la habitación para que duerma tranquilamente y no tenga necesidad de sufrir acá afuera… claro, que acepte.
De Chachagui a Pasto fueron solo 38 kilómetros, de pedaleo,
eso sí, casi todos subiendo, solo al final los últimos 7 entrando a la ciudad
si en bajada… ya sabía no estaba lejos, lo tome con calma, pare muchísimas veces,
me paso un chino-japonés, jajaja, un
chico Asiático, llevaba más maletas que
yo, pero, hablaba menos español y pedaleaba más rápido, tenía afán… paso de largo…
al entrar a Pasto fui acompañado largo camino por varios ciclo montañistas que
me alcanzaron, me dieron la bienvenida ánimo para acabar de llegar.
Juan
Antonio, quien me esperaba en su bici, al empezar a descolgar, me dijo que su
casa estaba llena de fiesteros que aun andaban de carnaval, , me llevo a un
buen hotel entre terminal y centro, pago dos días de habitación y dijo descansa
y el martes salimos hacia Ipiales, se
fue y yo aquí sigo descansando y contando como va mi camino hasta hoy. Hasta el
día de hoy son 306 kilómetros de pedaleada.
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